viernes, 19 de junio de 2009

QUÉ BUENA LA ESTRATEGIA DE PINO, ME RECORDÓ PALABRAS DE JAURETCHE


QUÉ BUENA TU ESTRATEGIA, PINO. Por Maria Esperanza, http://labarbarie.com.ar/2009/que-buena-tu-estrategia-pino/comment-page-2/#comment-121941

Ayer ví el debate en TN y hoy me desperté pensando que no sé quien le hace la estrategia a Pino Solanas, pero esa persona se merece aumento de sueldo ya.
Porque, me parece, al final desculé la estrategia discursiva de Pino. Y es buena, es muy buena.
Es una estrategia que se reduce a esto: hablar y hablar sobre problemas que no están en agenda y son lejanos, y sin embargo son evidentes. Buena, muy buena, esa.
Me explico. El fuerte de Solanas en el debate fueron los glaciares, la minería, los bosques, la trata de blancas, y los 54 prostíbulos de la CABA. (Pregunta: si un prostíbulo es ilegal y secreto, ¿cómo saben que son justo 54? ¿No pensarío uno que son más en una ciudad de tres millones de habitantes?)
Estos son todos temas con los cuales el habitante porteño promedio tiene una relación de alteridad: una relación, digamos, intelectual más que existencial. Los bosques, las minas, la trata de blancas, la mortalidad infantil inclusive, son antes que nada problemas que para el porteño le pasan a otro. Esto permite, creo, que al pensar sobre ellos el habitante capitalino promedio pueda abarcarlos con una gran generosidad mental, imaginarlos como problemas engendrados por una maldad simple y concreta, sentir compasión por aquellos que los sufren, y llegar a la conclusión de que es claro y distinto que esos problemas deben ser resueltos.
Y esto es cierto: los glaciares, los bosques, la trata de blanca, son problemas importantes. Son problemas estructurales. Son problemas sobre los cuales deberíamos hacer algo. Son problemas, digamos, moralmente obvios. Al mismo tiempo que lejanos.
El carácter moralmente obvio de estos problemas y su carácter ajeno hacen que la persona que así reflexiona pueda, sobre todo, sentirse bien consigo misma luego de la reflexión. Sentirse generosa, ya que le preocupan los problemas de los otros. Sentirse inteligente, porque sabe que los problemas “de verdad” son otros. Sentirse magnánimo, pensando una política en la que no hay ganadores ni perdedores salvo algunas inhumanas “corporaciones”.
Contra esta línea discursiva no hay réplica posible. Por un lado, porque esta línea sobrevuela a los problemas de agenda y pone siempre la dicusión en otro lugar. Por el otro, porque cualquier intento de reducir algunos de esos problemas a sus dimensiones de policy making (hay tanta guita, hay estas relaciones de poder, éste gana y éste pierde) concreto es presentado como algo mezquino, tecnocrático, imposibilista, y en el fondo potencialmente corrupto.)
Es buena, es buena, esa. El votante de Solanas puede sentirse bien consigo mismo, y eso, ¿no es así?, es lo que queremos todos":

Pino aprovecha e introduce temas que nadie puede objetar, pero me hizo acordar a las palabras de Jauretche en "Libros y Alpargatas...", cuando caracteriza a los intelectuales :
"En largos años de lucha al servicio de la idea de la emancipación nacional me fue dado conocer la mentalidad de los hombres que se autodesignan como intelectuales y su absoluto divercio con la realidad del país [...] Hay que cuidarse de ellos. [...] Ellos empujan al militar y al zapaero, les llenan la cabeza de chismes al marino y al trabajador, al patrón y al peón y cuando la gente entra a matarse, ellos tienen coronita. ¡AL intelectual, no! gritan, como quien dice "Las mujeres mujeres y los niños primero". ¡Los privilegiados de la inteligencia! [...] Estos intelectuales [...] nunca están del lado del guarda del tranvía que les cobra el boleto ni del peón que les ensilla el caballo. Están con los peones, con todos los peones del mundo, con los pueblos, con todos los pueblos del mundo, así en abstracto. ELlos están con la libertad, pero nunca han seguido al vigilante gritando ¡que lo larguen! a un preso de carne y hueso. Están con la humanidad y eso los libera de la obligación de estar con lo humano. No se si me explico. Pero los mecenas los entienden y saben que sirven para distraer a la gente de las cosas concretas"

2 comentarios:

  1. No sé qué hubiera hecho el cineasta si le hubiese tocado, como al Neshtor, sacar al País del infierno...
    Un abrazote

    ResponderEliminar
  2. Me parece un análisis por demás lúcido y necesario.Porque es una estrategia perversa contra un gobierno que lleva adelante un proyecto acorde con el nivel de conciencia de la mayoría que lo votamos. Las vanguardias esclarecidas nunca están junto al pueblo. Se llenan la boca de "pueblo" de "obrero" pero quieren marcarles el camino. Un verdadero revolucionario marcha codo a codo con su pueblo.

    ResponderEliminar